Amigas queridas
Hoy trataremos un temita muy instructivo, divertido e interesante de compartir y debatir entre todas nosotras. Y para empezar, señalaremos que en el rostro y los labios de la mujer se encuentra concentrado el más fresco manantial de amor y el más sutil encanto femenino, que como mágico oasis de ternura arrobadora, es capaz de derramar toda la paz, la alegría y la sensibilidad en uno sólo de todos sus besos.
Muy a menudo se escucha decir que la mujer es la obra perfecta de Dios, y que nada ni nadie podría compararse con ella, ni con los prodigios que ella puede lograr con su simple presencia en cualquier ámbito de vida donde ella se encuentre. Y esto se deriva del entusiasmo que le pone a las obras de sus manos y a la ternura suprema que emana de su corazón.
La mujer por naturaleza, ha nacido preparada para conquistar el mundo con su mirada, con sus gestos y detalles hermosos, con la melodiosa sinfonía de su voz, con esa intuición refinada (por no decir afilada), con su poder de convicción y convencimiento, con su belleza, con su creatividad y entusiasmo siempre a flor de piel, con su inteligencia y sabiduría innatas, con su seguridad, con su ingenio, con su personalidad, con su iniciativa, etc. Pero sobre todo: ¡Con sus cálidos besos de mujer!, que son vida, y la máxima expresión de sus sentimientos, que equivalen a la viva representación del amor en la tierra.
Los estilos y las mil formas que la mujer utiliza para expresar su verbo silencioso a través de sus besos, las convierte en muy nutrientes, elevadas y verdaderas caricias directas para el alma. Son bálsamos que ayudan muchas veces aliviar tanto el dolor que produce una rodilla raspada, y hasta el de una grave herida en el corazón, y más si se trata de reparar una alma, que llega a nuestra vida como pájaro de albo plumaje, pero con las alas rotas.
La mujer dispone gloriosamente de todo ese caudal de elementos y herramientas tan indispensables que constituyen la mejor medicina de este mundo. Capaz de aliviar el alma y el corazón humano, que ningún especialista en la ciencia de la salud emocional podría aliviar con ninguna terapia.
¡La mujer lo puede sanar y calmar todo, con sólo poner unas gotitas de sus labios donde duele más, o donde más se necesita!
Un beso de mujer es la mayor bendición, que propios y extraños desearían poseer en su corazón. Un beso de mujer también es fuente de inspiración, es ilusión, es fantasía, es clemencia, es piedad y es adoración.
¿Por qué también los besos de una mujer se podrían a veces considerar un tormento?.- Seguramente será porque no siempre se puede a veces poseer ni obtener tan fácilmente los labios de una mujer, y más cuando ésta es ajena o prohibida. Ella sabe que guarda en sus labios el cofre del tesoro más grande de este mundo, y su corazón es quien le ha de indicar a quién, dónde, cuándo, cómo y por qué deberá entregarlos con y exclusivamente por amor.
Hay besos de mujer que son fraternales, y que sólo se pueden depositar en la frente, son muy reconfortantes y aliviadores de tensiones. Otros besos pueden dejarse con mucha sutileza en las mejillas de nuestros seres queridos, en las manos, en los brazos, en la cabeza, o en cualquier otra parte de cuerpo, sin que necesariamente signifiquen otra cosa que no sea una simple demostración de afecto franco, abierto y sincero. ¿A quién no le gusta recibir un beso de su madre, su abuela, su hermana, su prima, su tía, su amiga, o de cualquier otra mujer?… ¡Y más cuando se trata de un hombre!
A la mayoría de los hombres les fascina que la mujer se les acerque y les salude con un beso, aunque se trate de un simple besito en la mejilla… ¡Lo disfrutan un montón!… Algunos amigos y conocidos hasta abusan, quedándose pegados por unos cuantos segundos más de la cuenta, con tal de aspirar el aroma tan rico que despide la piel y los labios de la mujer, y hasta desearían discurrirse inocentemente un poquito más, hasta tocar aunque sea la comisura de sus labios, y más si la mujer le gusta. Pero los besos de la mujer son de probete y no de sorbete (jajaja).
Pero tratándose de los besos de atracción química recíproca, de romance, de noviazgo, de amasiato, o de cualquier otro ingrediente que contenga esa pócima electrizante y sagrada que se llama: “AMOR”, ¡Ay, mi Dios!, allí sí que la cosa se pone peligrosa y más interesante, (jajaja)…Besos intensos, ardientes, apasionados, seductores, de conferencia y… ¡Como de película!
Hay besos de trompita, de lenguita, de babita, de orejita, besos en el pelo, besos en la nuca, en el cuello y más abajito del cuello, y hasta besos de paladar…¡Besos que exploran todo el interior de la boca del ser amado!… Wow… ¡Ambos se quieren comer!, y vaya que se devoran, y hasta se quedan con ganas de más (je je).
En este marco, vemos que los besos de la mujer enamorada, son los que se encargan de encender los fuegos más sagrados y elevados de su hombre. Y en ese estado de éxtasis divino, no sería difícil reconocer ni adivinar, que el hombre que se atreva a enterrar sus labios, en los labios de una mujer, también dejará enterrada para siempre su alma en la suya… ¡A través de uno sólo, de todos los besos de su mujer!
¿Cierto mis amigas queridas?
si este articulo te gusto dejame un comentario,y si no tambien,para mejorar
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