¿Sientes mariposas (de la felicidad, no de la ansiedad) en tu estómago cada vez que ves a esa persona o hablas con ella?
- ¿Tienes ganas de hablar con ella todo el tiempo, llegar a conocer mejor a esa persona, sus gustos y disgustos, y sus secretos más íntimos? ¿Tienes el deseo de compartir tus secretos sin que te lo pida?
- ¿Ver a esa persona te trae una natural, inexplicable sonrisa a la cara?
- ¿Tus amigos piensan que hablas mucho tiempo de una sola persona todo el tiempo?
- ¿Compartes una comodidad con él como nunca antes habías compartido con nadie del sexo opuesto?
- ¿Te preocupas por él, por cómo está, y por si están bien?
- ¿Te sientas a veces y piensas en todos los buenos momentos que los dos habéis pasado juntos? ¿Te sientes nostálgico entonces y empiezas a sonreír de manera “ilógica”?
- ¿Te encuentras a menudo cediendo en las decisiones tomadas por él o ella?
- ¿Te has convertido de repente en un persona que sabe escuchar realmente bien?
- ¿Te sientes cómodo al parecer psicológica o sexualmente vulnerable ante ella?
- ¿Sientes que la mayoría de las cosas que solías cuidar se han convertido en secundarias con respecto a él?
- ¿Has dejado de fijarte en otros chicos cuando estás con él?
- ¿Te sientes obligado a enviarle un mensaje de “buenas noches” cada día, tal vez acompañado de un tierno poema?
Si la respuesta a la mayoría de estas preguntas es sí, ¡entonces tal vez es muy probable que estés enamorado de esa persona!
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